Otis Rush llegó al Top 10 de los listados en 1956, con la aparición de “I Can’t Quit You Baby”, su primer single, estableciéndose desde ese momento como uno de los principales guitarristas del blues de Chicago. Rush también tiene el crédito de ser uno de los arquitectos del estilo del lado oeste, junto con Magic Sam y Buddy Guy, aunque tocaba en los clubes de la zona sur de Chicago durante el periodo de incubación de ese movimiento. De todas maneras, su estatus como uno de los primeros innovadores del blues en la ciudad de los vientos quedará asegurado para siempre gracias a su trabajo con la guitarra, llena de vibrato, y sus voces intensas, que se han convertido en un sello de fábrica. Si solo el talento fuera la fórmula del éxito, Otis Rush sería el líder del blues en Chicago pero el destino, la suerte y la idiosincrasia del artista han conspirado contra este objetivo en muchas ocasiones, cuando las oportunidades prácticamente rogaban para ser aceptadas.
Otis Rush llegó a Chicago en 1948 y con solo conocer a Muddy Waters se dio cuenta de lo que quería hacer el resto de su vida. Willie Dixon lo apadrinó y en 1956 lo llevó a firmar con Cobra Records, sello para el cual grabó “I Can’t Quit You Baby”, canción que llegó al puesto número seis en los listados de Rhythm and Blues de Billboard. Sus grabaciones para Cobra entre 1956 y 1958 incluyeron piezas clave para el blues como “Double Trouble”, “My Love Will Never Die”, “Three Times A Fool”, “Keep On Loving Me Baby” y “All Your Love (I Miss Loving)”.
Después de que Cobra cerró sus puertas, la mayoría de grabaciones de Rush fueron un fracaso. En 1960 registró con Chess otro clásico, “So Many Roads, So Many Trains” para luego moverse a Duke, Vanguard y Cotillion, sello con el que grabó el álbum “Mourning in the Morning”, un disco subvalorado, producido en 1969 por Mike Bloomfield y Nick Gravenites. Un claro ejemplo de la mala suerte de Otis Rush fue su disco “Right Place, Wrong Time”, grabado en 1971 para Capitol, el cual no fue tomado en cuenta por la gigantesca casa disquera a pesar de ser una obra excelente. Cinco años después, este álbum pudo ver la luz gracias al sello Bullfrog, levantando nuevamente al artista. “Cold Day In Hell”, una grabación para Delmark, más algunos trabajos en vivo sirvieron para mantener a Rush en el mercado durante las décadas de 1970 y 1980.
En 1986, Otis Rush se encaminaba para una sesión con el sello Rooster, en la cual iba a ser respaldado por músicos como Louis Myers, Lucky Peterson y Casey Jones. El amplificador de Rush no sonó debidamente, lo cual echó a pique el proyecto. Por esa época, Alligator Records había comprado los derechos de un disco que Otis Rush grabó fuera de Estados Unidos llamado “Troubles, Troubles”, nombre que fue profético para el registro realizado con Rooster: la casa disquera publicó el álbum “Lost In The Blues” en 1991 pero las guitarras fueron regrabadas por Lucky Peterson, cortando de tajo un trabajo de guitarra magistral.
Finalmente, en 1994, la carrera de esta leyenda del blues de Chicago comenzó a avanzar por el buen camino. Su disco “Ain’t Enough Comin’ In”, publicado por Mercury, obtuvo muy buenas calificaciones por parte de la crítica especializada y terminó en los primeros lugares de los listados. A pesar de ser un álbum de versiones, Otis Rush las presentó a su manera, con una guitarra demoledora de principio a fin. Algunos problemas personales amenazaron con poner fin al retorno triunfal de Rush, pero el guitarrista se mantuvo en buena forma, rodeándose de una banda que se comportó a su altura. Rush firmó para el sello House Of Blues, lo cual le dio un nuevo impulso a su carrera para intentar disputar el trono como rey del blues de Chicago.
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