John Lee Hooker, uno de los más importantes bluesistas de todos los tiempos, falleció plácidamente mientras dormía en la mañana del 21 de junio de 2001, en su casa en San Francisco, a la edad de 83 años. Hooker influenció a incontables generaciones de músicos e inspiró a fanáticos musicales alrededor del mundo durante sus casi 60 años de carrera. Fue bien amado por millones de personas y lo extrañaremos enormemente.
Fue amado alrededor del mundo y conocido como el rey del boogiee, una genuine super estrella del blues cuyo estilo hipnótico fue tanto ultra primitivo como sin tiempo alguno. Pero John Lee Hooker será recordador en muchos más estilos en una carrera que duró más de medio siglo.
“The hook” fue un nativo del Mississippi que llegó a ser el principal artista del circuito blues de Detroit en los años posteriores a la segunda Guerra mundial. Las semillas de su particular sonido de guitarra fueron plantadas por su padrastro, Will Moore, mientras Hooker era un adolescente. Hooker había cantado gospel anteriormente pero fue tocado por el blues y. simplemente, se dejó llevar. Algunos visitantes de su casa marcaron también importante huella. Hablamos de Blind Lemon Jefferson, Charley Patton y Blind Blake quienes conocían a su padrastro.
Cuando todavía estaba en su juventud, Hooker sintió el llamado de Memphis, pero no pudo hacer mucho en esa ciudad. Se trasladó a Cincinnati donde vivió 7 años antes de realizar su gran movida hacia Detroit en 1943. Los trabajos fueron variados pero Hooker se dedicó a vagabundear por diversos bares con tal de tocar su particular forma de abordar el blues.
En 1948 Hooker se encontró con el productor Bernie Besman, quien le ayudó con sus primeros sencillos “Sally Mae” y “Boggie Chillen”. No había un blues más primitivo como ese en el mercado. La voz gutural de Hooker era acompañada solo por su guitarra fuertemente amplificada y un insistente golpe de tacón. Estos esfuerzos fueron rápidamente recompenzados. Modern Records, un sello de Los Angeles, editó estas grabaciones y “Boggie Chillen” llegó a ser uno de los principales atractivos de los listados de rhythm and blues.
El sello Modern publicó algunos de los principales éxitos de “el hijo del boggie” como “Hobo blues”, “Hoogie boggie”, “Crawling king snake blues” y uno que llegó a los primeros lugares de las listas: “I’m in the mood”, en el cual Hooker sobrepuso su voz 3 veces en un crudo intento de multipista.
Pero Hooker nunca permitió que in contrato le impidiera hacer grabaciones para otros sellos. Su catálogo tempranero se mueve por diferentes disqueras y es tan complejo que es imposible de seguir.
Volviendo al tema de las grabaciones, al mismo tiempo que Hooker trabajó con Modern, también grabó para King bajo el seudónimo Texas Slim; para Regent como Delta John; con Savoy se hacía llamar Birmingham Sam & His Magic Guitar; el nombre Little Pork Chops fue utilizado en Danceland; para el sello Staff era Johnny Williams; para Gone firmó bajo el nombre John Lee Booker; en Acorn fue conocido como The Boogie Man; pasó por otras casas disqueras hasta que en 1955 se estableció en Vee-Jay con su propio nombre. Hooker se convirtió entonces en el punto de referencia para la creciente escena blues de Detroit durante su increíblemente prolífico periodo, llevando al guitarrista Eddie Kirkland como su frecuente compañero de dúo.
Una vez firmado el contrato con Vee-jay, el áspero sonido de Hooker como solista se adaptó a formato de banda. Hooker grabó con varios combos pero nunca con alguien tan versátil como el guitarrista Eddie Taylor o el armonicista Jimmy Reed, quienes lo acompañaron en su comienzo con Vee-jay, produciendo temas como “Time is marching” y “Mambo chillum”.
En 1956 surgieron 2 temas clásicos de Hooker: “Baby Lee” y “Dimples”. Sin embargo también se presentaron inconvenientes con los miembros de la banda, pues el sentido de los tiempos de Hooker era muy propio y, por ser marcado con los tacones de sus zapatos, requería que sus compañeros tuvieran grandes orejas.
El sello Vee-Jay presentó a Hooker en diferentes formatos durante los primeros años 60. El tema “No shoes” fue, sorpresivamente, un éxito en 1960 mientras que “Boom boom” lo hizo en 1962. Estas interpretaciones se acercaban a las canciones bailables del rhythm and blues, beneficiándose por la presencia de algunos músicos pertenecientes a la casa Motown. Pero también había momentos acústicos para acercarse a la naciente fanaticada del folk-blues y también algunos intentos de actualizarse con el rhythm and blues, llegando hasta a presentar coros femeninos y estructuras que, en ocasiones, eran extrañas para Hooker.
A comienzos de los años 60, algunas bandas británicas como The Animals o The Yardbirds, conviertieron a Hooker en ídolo. En 1964 The Animals realizó un cover de “Boom boom” que hizo que las ventas de la grabación original se dispararan en los Estados Unidos.
En 1964 Hooker grabó una de sus joyas con el Vee-Jay: “Big legs, tight skirt”, que fue uno de los últimos registros para esta casa disquera. Posteriormente hace un extenso recorrido por diversos sellos: Verve-Folkways, Impulse, Chess, and BluesWay fueron su hogar entre 1965 y 1966. La reputación de Hooker creció en los Estados Unidos, especialmente dentro del público roquero luego del álbum “Hooker’n’Heat”, de 1970, al lado de Canned Heat.
La fórmula del boogie eterno creció increíblemente. Muchos de los temas de Hooker grabados en los años 70 se encontraron con una base rítmica my rockera. En los años 80, Hooker tuvo una pequeña participación cinematográfica en la película “Blues brothers”. Sin embargo “el hijo del boogie” no se hallaba a sí mismo. Con la ayuda del productor Roy Rogers, Hooker grabó el álbum “The healer” en 1989, que fue el primero de sus últimos trabajos llenos de la presencia de grandes estrellas como Santana, Bonnie Raitt o Robert Cray entre otros.
Algunos sellos importantes comenzaron a tener noticia de la creciente demanda de discos de blues y Pointblank firmó con Hooker para lanzar “Mr. Lucky”, que en esta oportunidad presentaba la colaboración de Albert Collins, John Hammond, Van Morrison y Keith Richards entre otros. Una vez más Hooker descansó en los laureles dejando que sus invitados pusieran la mayor parte en la grabación. Ante el éxito de “Mr. Lucky”, otro álbum de Pointblank venía en camino: “Boom boom”.
Hooker disfrutó de una buena vida en los años 90. Buena parte de ese tiempo fue en un semi retiro, adquiriendo muchas propiedades en la costa de California. En ocasiones se divertía haciendo comerciales para gaseosas, cervezas y marcas de ropa. También grabó otros 2 álbumes: “Chill out” en 1995 y “Don’t look back” en 1997. Todo esto ayudó a mantener su estatus de leyenda viva y permanecer como un ícono de la música americana.
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