Una de las más importantes figuras del blues en el siglo XX y lo que va corrido del XXI es, sin lugar a dudas, Taj Mahal, quien ha jugado un papel enorme en la revitalización y la preservación de las tradiciones acústicas del blues. Además se tomado muy en serio su rol de musicólogo y se ha interesado por diferentes músicas y sus raíces, como el folk, el jazz, el góspel, la africana y la india, mencionando algunas, permitiéndose mezclarlas con el blues, presentándose así en un amplio contexto musical.
Henry St. Clair Fredericks nació en Nueva York, como ya lo dijimos, el 17 de mayo de 1942. Su padre era pianista y compositor de jazz, de origen jamaiquino, y su madre era profesora de escuela y cantante de góspel. Cuando era pequeño, su familia se trasladó a Springfield, en Massachusetts, donde se impregnó de gran cantidad de géneros musicales gracias al radio de onda corta de su padre. Dentro de los artistas que más le llamaron la atención estaban los bluesmen y los primeros artistas de rock’n’roll como Chuck Berry y Bo Didley.
Aprovechando su vida en el campo estudió agricultura y veterinaria, combinando estos estudios con la música. Un día tuvo un sueño del que surgió la idea de su nombre artístico: Taj Mahal y formó su primera banda, Taj Mahal & The Elektras, a comienzos de los años 60. A mediados de esa década se trasladó a Los Ángeles, California, y formó The Rising Sons al lado de Ry Cooder, grupo con el que grabó su primer disco el cual, debido a problemas legales, solo vino a ser publicado en 1992.
Frustrado por no poder publicar el disco con The Rising Sons, Taj Mahal decidió abandonar la banda y seguir su carrera como solista. En 1968 publicó su primer disco, llamado “Taj Mahal”, en el cual mostró su acercamiento hacia el viejo blues, y le siguió “Natch’l Blues”. Posteriormente publicó el disco doble “Giant Step”, en 1969, con una mezcla de blues eléctrico y acústico. Gracias a esos tres trabajos, Taj Mahal comenzó a construir su reputación como un auténtico bluesman moderno, ganando el aprecio de muchos colaboradores musicales.
Durante los años 70, Taj Mahal mostró varias aventuras musicales como la de 1971, “Happy Just To Be Like I Am”, disco en el que explora con ritmos caribeños, y al año siguiente llega con “The Real Thing”, con un tono muy cercano a Nueva Orleans.
En 1976 Taj Mahal terminó su contrato con Columbia y pasó a Warner Bros. Allí grabó tres discos, todos en 1977. Para los años 80, el clima musical cambió y esto llevó a un desinterés hacia el trabajo de Taj Mahal, por lo que permaneció alejado de los estudios de grabación. Regresó en 1987 con el álbum “Taj” en el que exploró con la música de Hawái. Al año siguiente comenzó una serie de grabaciones para niños, muy exitosa, dentro de la que se cuenta la banda sonora de la obra de teatro “Mule Bone”, escrita en 1930 por los grandes autores afroamericanos Langston Hughes y Zora Neale Hurston.
Taj Mahal entró a la década de 1990 con energía renovada y volvió a grabar y a salir de gira. Para Private Music registró álbumes exitosos como “Dancing The Blues” en 1993 y “Phantom Blues” de 1996, orientados hacia el rock y el pop. En 1997 Taj Mahal obtuvo un premio Grammy por el álbum “Señor Blues” y luego inició un ejercicio de acercamiento a la música del mundo, que trajo como resultado grabaciones como “Mumtaz Mahal” de 1995, acompañado por músicos clásicos de la India, “Sacred Island” en el que explora nuevamente con la música de Hawái al lado de la Hula Blues Band, en 1999 y 2005 se interna en la música africana con “Kulanjan” y “Mkutano” respectivamente, y su último disco, “Maestro”, apareció en 2008.
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