El hombre de los seis dedos tenía una sonrisa enorme, blanca y reluciente. Pero sólo sonreía cuando estaba en el escenario, con su guitarra y su slide. El hombre de los seis dedos olía a whisky clandestino, llevaba una 32 en la cintura, y pocas veces se sacaba su sombrero fedora. Tocaba los blues con pasión. Rápido como pocos y penetrante como él solo.
El hombre de los seis dedos nunca llegó a ser una gran estrella y no tuvo éxitos de radio. Durante más de 30 años tocó con su banda en bares de Chicago y en fiestas donde todos lo conocían y él conocía a todos. El hombre de los seis dedos tuvo, tal vez, uno de los primeros power trío de la historia y compuso canciones memorables. Pero la fama (aunque más que fama, reconocimiento) le llegó cuando ya había muerto.
Su verdadero nombre era Theodore Roosvelt Taylor, en honor al ex presidente estadounidense Theodore Roosvelt, quien gobernó a principios del siglo XX y ganó un Nobel de la Paz. Pero al hombre de los seis dedos nadie lo llamaba por su nombre: todos le decían Hound Dog. Nació en Natchez, una pintoresca ciudad al sur del Delta del Mississippi. Pero el año en que su madre dio a luz varía en todas las enciclopedias de blues autorizadas: algunas sostienen que nació en 1915, otras en 1917.
Su sexto dedo en la mano izquierda fue una deformación de nacimiento. Algunos insisten en señalar que su mano derecha había sido igual a la izquierda hasta que él decidió cortarse el pequeño dedo con una navaja, pero pareciera que esa historia está más cerca de la fantasía.
Hound Dog Taylor tomó su primera guitarra en 1936. Y empezó a tocar los blues que escuchaba en las calles y en los bares. Años después se presentó en el programa radial de Sonny Boy Willamson, King Biscuit Time. En 1942 tuvo que migrar forzosamente al norte, como la mayoría de los negros del sur. Pero en su caso no lo hizo buscando un trabajo mejor para mantener a su familia, sino que tuvo que huir del Mississippi perseguido por el Ku Klux Klan: lo habían 'pescado' teniendo relaciones con una mujer blanca.
Pero tal vez la fuga fue, involuntariamente, lo mejor que le pasó. En Chicago halló un nuevo panorama musical. Una ciudad en auge, trabajo para muchos y demasiado para hacer de noche. Hound Dog se encontró con un puñado de músico negros que habían emigrado antes que él y ya llevaban un tiempo desarrollando un nuevo estilo de blues: más urbano, bien eléctrico. Entonces, decidió hacer lo mismo: combinar el nuevo estilo de la ciudad con el viejo sentimiento que arrastraba del sur profundo. Así, comenzó a darle forma a una expresión musical propia, llevando al límite la rispidez del blues, en una formación sin bajo: sólo dos guitarras y una batería
Entre 1942 y 1957, Hound Dog se las rebuscó como pudo haciendo varios trabajos duros durante el día y tocando por las noches a cambio de unas cuantas copas y unos pocos dólares. Poco a poco empezó a copar los antros musicales del south side de Chicago. Junto a su banda, los Houserockers -integrada por el guitarrista Brewer Phillips y el baterista Levi Warren- pudieron editar en 1960 el single Baby Is Coming Home / Take Five para el pequeño y aventurero sello independiente Cadillacs Baby. Esa grabación podría considerarse como el nacimiento del genuine house rocking music. Luego, en 1962 grabaron dos canciones (Christine / Alley Music) para Carl Jones Firma Records. En 1965 Warren dejó su lugar en la banda a Ted Harvey. El y Hound Dog se habían conocido en 1955 cuando Harvey tocaba en la banda de Elmore James, la principal influencia musical en la vida de Hound Dog.
Con Ted Harvey en la banda empezó lo mejor. En 1967 grabaron para el sello Checker el single Watch out / Down home. Con el tiempo, Hound Dog Taylor & the Houserockers se fue convirtiendo en una de las bandas más poderosas de la ciudad. El Expresway Lounge, un club de la calle 55, estallaba cada vez que ellos salían a desplegar toda su potencia blusera. La banda atrajo a un productor del poderoso sello Delmark llamado Bruce Iglauer, quien quiso convencer a su jefe, Bob Koester del potencial de Taylor. Pero no hubo caso: Koester estaba más volcado al blues del west side. Iglauer estaba tan entusiasmado con Hound Dog Taylor que decidió seguir por su cuenta. Invirtió todos su ahorros y creó el sello Alligator con el único fin de grabar el primer disco de los Houserockers
Así, en 1971, nació uno de los sellos discográficos más importantes de blues, que con el tiempo incorporaría a luminarias como Johnny Winter, Son Seals, Koko Taylor y Luther Allison. El primer álbum, Hound Dog Taylor and the Houserockers, apareció ese año y fue un verdadero éxito, dejando para la posteridad clásicos como She´s gone, Give me back my wig y Taylor´s rock. Dos años después, en 1973, Alligator Records editó el segundo LP: Natural Boogie, con la potente y arrolladora Sadie y Roll your moneymaker.
En 1975 las cosas se pusieron feas para el hombre de los seis dedos... muchas noches de alcohol y descontrol evidenciaron una vieja rivalidad que tenía con Brewer Phillips. Insultos, gritos y peleas terminaron una noche en disparos. Phillips resultó levemente herido y presentó cargos contra Hound Dog Taylor. Pero nunca llegó a juicio: al poco tiempo fue internado porque el cáncer en sus pulmones estaba muy avanzado. Murió el 17 de diciembre de ese año.
Para honrarlo, Alligator Records editó a comienzos de 1976 Beware of the dog, un disco en vivo cautivante, crudo y furioso. En 1982, cuando ya Hound Dog Taylor era una leyenda, Alligator sacó al mercado un disco más: Genuine houserocking music. Durante los 90 los sellos Wolf y JSP editaron cuatro discos más de él, todos en vivo. La influencia de Hound Dog Taylor en los músicos actuales es enorme. Eso quedo reflejado en el tributo editado en 1997 en el que participaron Ronnie Earl, George Thorogood, Gov't Mule, Elvin Bishop y Vernon Reid (de Living Colour), entre otros.
El hombre de los seis dedos tenía un sentido especial para el boogie y una manera única de utilizar el slide. Eso trascendió en el tiempo y perdura hasta hoy. El hombre de los seis dedos alcanzó la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario