SOLO QUIERO QUE ME RECUERDEN CON MI MUSICA

"La luna esta saliendo, no hay tiempo que perder
Es hora de empezar a beber.
Dile a la banda que toque un blues y yo pago los tragos".
Tom Waits

lunes, 28 de marzo de 2016

0272. DANNY GATTON - SLIDIN' HOME



Nadie supo lo que ocurriría aquel 4 de octubre de 1994 cuando entró en el garaje de su querida granja, donde vivía con su mujer y su hija, donde practicaba con su guitarra, donde se dedicaba a su otra gran pasión: la mecánica de coches antiguos. Aquel día no entraba en el garaje para retocar ningún motor ni llevaba una llave inglesa en la mano, sino un arma. Cerró la puerta tras de sí y se pegó un tiro. Nunca se encontró nota de despedida. Jamás le había hablado a nadie sobre sus intenciones de suicidio. Nadie sabe a ciencia cierta por qué lo hizo. Sus familiares y amigos sospecharon, no obstante, que llevaba años batallando contra la depresión y que de acuerdo a su carácter introvertido no había pedido ayuda. Su muerte no apareció en los noticiarios internacionales como la de Kurt Cobain, por ejemplo, y muy pocos sabían quien era. Pero su muerte sí fue un shock para el mundillo musical estadounidense, especialmente para el círculo de los guitarristas. Pocos hubiesen imaginado que iba a conocer semejante final, porque a sus cuarenta y nueve años había estado trabajando intensamente hasta  sus últimos días de vida. Aquello sucedió cuando  estaba cosechando cierto grado de reconocimiento a nivel nacional, cuando algunos de los más famosos héroes de las seis cuerdas lo señalaban diciendo «ojo, este tipo casi desconocido es uno de los mejores». Todo quedó cortado de raíz con un balazo.


En los cuatro años anteriores a su trágica muerte Danny Gatton se había convertido en la tardía revelación del universo de la guitarra eléctrica y varias importantísimas revistas musicales habían coincidido por separado en calificarlo así: «el más grande guitarrista desconocido del mundo» (Rolling Stone) y «el mejor guitarrista del que nunca has oído hablar» (Guitar Player). Este apelativo no tardó en extenderse y desde luego era algo más que un truco de marketing: cualquier aficionado a la guitarra que lo viese tocar por primera vez quedaba boquiabierto, preguntándose quién demonios era aquel individuo y por qué nunca nadie le había hablado antes de él.


Otros solían llamarle The Telemaster, debido a que casi siempre utilizaba una guitarra Fender Telecaster, modelo que dominaba como ningún otro individuo sobre la faz de la tierra. Lo cual es curioso, porque creció idolatrando a Les Paul, el inventor de la guitarra eléctrica moderna y también el padre de la Gibson Les Paul, la guitarra que supone la competencia más directa de Fender. Cuando Danny Gatton era un niño, Les Paul era un músico de tremendo éxito en los Estados Unidos y aparecía frecuentemente en radio o televisión. Incluso antes de la explosión del rock and roll —que también dejó una huella indeleble en el pequeño Danny— Les Paul era ya considerado un guitar hero, en primero en la historia de la guitarra eléctrica moderna. Danny se obsesionó con Les Paul; según cuentan sus antiguos compañeros de grupo, podía imitar su forma de tocar con tal perfección que podían llegar a confundirlos si los escuchaban con los ojos cerrados. La pasión de Danny por la guitarra fue heredada de su padre, un antiguo guitarrista que había tenido que abandonar su profesión de músico para sacar adelante su familia, aunque eso no le hizo olvidar su obsesión con las seis cuerdas, que contagió a su hijo para siempre.

Les Paul fue su primer gran ídolo pero la Telecaster terminaría siendo su guitarra de elección, porque el sonido cristalino y brillante se ajustaba bien a su forma de tocar. Es un sonido peligroso, que permite que se noten más los errores, especialmente cuando se usa poca distorsión. Pero eso poco le importaba a Danny Gatton: tocaba siempre al límite, usando una gran cantidad de trucos de muy complicada ejecución, siempre al borde del sonado error. Pero su porcentaje de acierto era tremendo y los habituales de la Telecaster lo tenían como a una referencia básica. De hecho, la casa Fender comercializa una Telecaster con las modificaciones que Gatton introdujo; hoy es el modelo custom más caro de entre los muchos que la famosa marca tiene a la venta. ¿Cómo es posible que valga tanto dinero la guitarra signature de un músico del que casi nadie ha oído hablar? La respuesta es fácil: el gran público lo desconoce, pero los guitarristas lo adoran. Quizá el elogio más famoso recibido por Gatton fue el que le dedicó Steve Vai: «Danny Gatton es la persona que más cerca ha estado de ser el mejor guitarrista que jamás haya vivido». Muchos otros guitarristas se convirtieron en rendidos admiradores: desde Eric Clapton a Jeff Beck, pasando por Slash e incluso su idolatrado Les Paul, con quien llegó a compartir escenario en más de una ocasión. Sin embargo, una sola grabación o actuación no basta para entender en dónde reside su grandeza.

Aprendió a tocar de oído pero su repertorio técnico era aparentemente inagotable. Su capacidad más sorprendente era la de sonar como varios guitarristas diferentes según el estilo que estuviese interpretando. Esto es algo verdaderamente notable: por lo general, los guitarristas tienen un estilo predominante y sus tics habituales se detectan cuando se pasan a otros géneros de música. Así, podemos notar cuándo un guitarra que está tocando rock procede del jazz y viceversa, por poner un ejemplo. Para un guitarrista, el estilo es como el idioma para un hablante: resulta prácticamente imposible que no se le note el acento cuando habla en otra lengua. Pero esto no sucedía con Danny Gatton: podía metamorfosearse mágicamente y sumergirse de lleno en diversos estilos —blues, country, jazz, bluegrass, rockabilly, rock and roll— transformándose cada vez en un músico nuevo e irreconocible. Él mismo admitía no ser particularmente original, no haber inventado un estilo nuevo, considerándose más bien un camaleón cuyo principal talento era del de imitar cualquier cosa que pudiese hacerse con una guitarra. Cabe decir, no obstante, que probablemente infravaloraba su fabulosa síntesis de técnicas procedentes de diversas clases de música. Así que además de su impresionante técnica de autodidacta superdotado tenía varios corazones de guitarrista, uno para cada género. Cuando se ponía purista con alguno de esos géneros sonaba como si nunca hubiese tocado otro estilo que aquel que interpretaba en ese preciso momento. Hay que volverlo a decir: esta característica es una hazaña en sí misma.

Buena parte de la culpa de su escasa fama la tuvo él mismo. Es improbable que se hubiese convertido jamás en un icono masivo, eso es cierto, sobre todo por cuestiones de imagen. Parecía más el vecino de al lado o el dependiente de tu supermercado habitual que un icono rockero. No se percibía ningún tipo de presunción en él. Eso sí, sabía que era muy bueno y no se molestaba en negarlo, pero en sus entrevistas hablaba como el típico individuo de aspecto convencional con quien podrías tomarte una cerveza en un bar sin sospechar que te hallabas frente a un genio.

Empezó a llamar la atención siendo un adolescente y durante su juventud tocó con gente que se haría muy famosa, como los integrantes de Jefferson Airplane. Pero su personalidad se interponía entre él y el estrellato: hogareño y tranquilo, pronto decidió que las giras no eran para él. La vida de un músico puede ser bastante dura y no todo el mundo soporta ese ritmo de constantes viajes, actuaciones y momentos intensos combinados con interminables horas de aburrimiento entre bastidores. No resulta extraño que las drogas y el alcohol circulen tanto por el mundillo. Y Gatton no quería salir de gira porque no era capaz de verse maleta en mano de aquí para allá. Nació en Washington D.C. el 4 de septiembre de 1945 y jamás dejó de habitar el estado de Maryland. Donde, sí, se hizo un nombre en el circuito local con experimentos como aquellos impresionantes Redneck Jazz Explosion que durante los setenta combinaban bluegrass tradicional, rock, jazz y toneladas de virtuosismo, la banda donde intercambiaba alucinógenos solos con el también superdotado Buddy Emmons, considerado por muchos el mejor intérprete de steel guitar del planeta. Pero más allá de la región no lo conocía nadie. Él siempre quería actuar en locales de la zona y la distancia máxima en la que aceptaba actuar era aquella que le permitiese dormir en su granja esa misma noche. Un músico que quiera llegar a alguna parte ha de moverse, ha de aprovechar la oportunidad allá donde se presente, ha de renunciar a una vida cómoda, `pero Danny Gatton no estaba hecho de esa madera: él metía la guitarra en la funda y se marchaba con su mujer y su hija. Algo que solamente pueden permitirse los músicos aficionados, o aquellos que son ya millonarios, pero que cercena la carrera de cualquier otro.

Así que dejó pasar sonadas oportunidades profesionales una y otra vez. Por más que apenas abandonase su región natal, por allí pasaban giras de músicos importantes y era lógico que un talento tan extraordinario como el suyo se hiciese notar. Algunos grandes nombres quisieron hacerse con sus servicios. John Fogerty, alma mater de Creedence Clearwater Revival y una superestrella en los Estados Unidos, hizo todo lo posible por ficharlo para su banda de acompañamiento. Telefoneó a Gatton ofreciéndole tan cotizado puesto. Todo lo que Danny necesitaba era levantar el teléfono y devolver esa llamada. Se le «olvidó» hacerlo. No tuvo mejor suerte Bonnie Raitt, quien en sus años de mayor éxito también descubrió a Gatton, también quiso contratarlo y también recibió un sonoro plantón. Un guitarrista como él podría haber conseguido trabajo junto a casi cualquiera de las mayores figuras de la industria con tan solo enviar una cinta de demostración. Pero lo dicho: no quería irse de gira y abandonar su granja. Se limitaba a tocar en bares de la zona y a grabar sus discos de vez en cuando. Decía que no se veía como escudero de nadie. Tocó, eso sí, junto a un notable perdedor, Robert Gordon. Quizá porque eso no le exigía hacer grandes giras.

Quizá la oportunidad dorada que más podría haberse ajustado a su personalidad llegó cuando se le ofreció formar parte del programa más célebre en la historia de la televisión americana, The Tonight Show. En los talk shows estadounidenses la banda de música es un elemento básico y sus integrantes pueden usar el programa como inigualable trampolín profesional. Incluso, por qué no, como pasaporte directo a la fama. De haber aceptado, Gatton hubiese aparecido cuatro días a la semana ante millones de espectadores, demostrando su pasmoso talento a toda la nación. Era un empleo fijo y seguro, con un buen sueldo y además con la enorme ventaja de no tener que hacer incómodas giras para obtener una enorme popularidad. Pero una vez más, Danny dijo que no. Rechazó una oportunidad por la que miles de otros músicos hubiesen matado. ¿El problema? Que, aunque el empleo le garantizaba una residencia fija, tenía que trasladarse a Los Ángeles, ciudad donde se grababa el programa. Eso significaba que debía abandonar su granja. No hubo trato.

Pese su escasa ambición profesional, Gatton estaba lejos de ser el típico guitarrista que practica horas y horas en una habitación pero después no sabe qué hacer sobre un escenario. Al revés. Quizá era introvertido, pero acumulaba muchas tablas a sus espaldas. Sabía entretener al público y sus actuaciones estaba repletas de juegos de prestidigitación destinados a asombrar y divertir. En eso se parecía a su ídolo Les Paul, quien junto a su esposa Mary Ford había llenado sus actuaciones de trucos que iban desde la filigrana técnica al detalle humorístico. Les Paul fue el primero en entender que el noventa por ciento del público jamás ha sostenido una guitarra y no va a entender los virtuosismos si no van acompañados de espectáculo. Danny Gatton se apropió esa lección y sus propias actuaciones estaban también repletas de números casi circenses. Su gimmick escénico más famoso consistía en tocar slide con una botella de cerveza… llena de cerveza y desprovista de tapón. Al público le encantaba verlo mover la botella de arriba a abajo, tocando insólitos fraseos con una facilidad increíble, mientras la cerveza iba derramándose sobre el instrumento. Esto era un numerito fijo en sus conciertos, aunque él siempre dijo que prefería tocar slide con un pequeño frasco de vidrio, de esos que sirven para vender pastillas (a la manera de Duane Allman, vamos). El frasco resultaba infinitamente más cómodo y sencillo que la botella, pero al público le había gustado tanto lo de la cerveza derramándose que ya no podía renunciar a ello. Incluso aunque sacar alcohol al escenario fuese contra las normas —porque en los EE.UU. está prohibido beber en público en algunos lugares— él seguía con su botella, diciendo «ya sé que esto es ilegal, pero a quién le importa». Después de dejar perdido su instrumento, secaba la cerveza del mástil… ¡tocando por encima de una toalla! Algo increíblemente difícil de hacer.

Así que, aunque poco ambicioso en su carrera, no le molestaba hacer alardes sobre un escenario y aún menos cuando tenía a un rival que pretendiese ponerse a su altura. Otro guitarrista virtuoso, Amos Garrett (el mismo que asombró al mundillo con su solo de guitarra en la dulzona Midnight at the Oasis, el mismo que hizo a Stevie Wonder exclamar que «era una de las cosas con mayor musicalidad» que había escuchado nunca) fue quien le aplicó a Gatton su sobrenombre oficial, The Humber, «el humillador», por la manera en la que hacía trizas a cualquier incauto que quisiera subir al escenario para poner a prueba sus habilidades frente a él. Aunque parezca mentira, en sus actuaciones Gatton solía tocar bastante menos de lo que realmente sabía, así que no era buena idea para otro guitarrista desafiarlo alegremente. Especialmente en sus años de relativo anonimato, más de un guitarrista presuntuoso hubo de salir del escenario con la cabeza gacha.

Su virtuosismo era producto de una muy particular disciplina. Gatton aprendió de oído, sí, y era un autodidacta sin conocimiento académico alguno. Pero se tomaba la guitarra muy en serio. El hoy famoso Joe Bonamassa, por ejemplo, era apenas un niño cuando empezó a destacar por su precocidad y consiguiendo que Gatton se fijase en él. Las anécdotas entre ambos nos hablan bien de cuál era la actitud perfeccionista de Danny Gatton hacia su instrumento. En algunos conciertos le dejaba su propia guitarra al pequeño Joe mientras decía: «escuchen tocar a este chaval, ¡tiene solamente doce años!». Entonces el pequeño Joe asombraba al público con sus habilidades. Pero después, ya en la intimidad, Gatton picaba al niño: «Tocas bien el blues, pero no sabes nada de jazz, ni de country, ni de bluegrass, ni de auténtico rock and roll». Le decía que estaba limitándose a sí mismo y le indicaba qué otras músicas debía escuchar. También le enseñaba algún ejercicio, diciendo que no volviese a visitarlo «hasta que no lo sepas tocar a la perfección». El pequeño Joe se iba a casa y practicaba ese ejercicio una y otra vez, hasta tenerlo completamente dominado. Después volvía a ver a su maestro para demostrarle que lo que había aprendido, tocando el ejercicio «con algunas notas de más para intentar impresionarle». Pero Danny rara vez se mostraba impresionado, al contrario: le enseñaba otro ejercicio todavía más complicado y de nuevo lo mandaba para casa. «Y no vuelvas hasta que lo sepas tocar a la perfección». Todo aquello ayudó a que Bonamassa se convirtiese en el guitarrista que es hoy en día, como él mismo rememora siempre. Y recordando a su maestro, Bonamassa admite que «todavía no sé tocar algunas de las cosas que Danny sabía hacer».

Comenzó a tocar a los nueve años, uniéndose a su primera banda, The Lancers, tres años más tarde. En 1960, Gatton siguió el camino  del jazz cuando se unió a Offbeats , donde el pianista / organista Dick Heintze demostró ser una de las mayores influencias de Gatton . La banda se separó cuatro años más tarde, y Gatton se trasladó a Nashville para trabajar como músico de sesión; allí conoció a Roy Buchanan , que se convirtió durante un tiempo en su compañero de habitación y le enseñó más sobre el uso de la guitarra. Con el tiempo, Gatton se construyó una reputación como guitarrista de primera categoría alrededor de su ciudad natal de Washington, DC. Grabó un disco con su primer banda  Fat Boys titulado "American Music" en 1975. 
Luego creó The Dany Gatton Band grabando el álbum "Redneck Jazz" en 1978. Evan Johns (Guitarra / Voz y composición), Dave Elliott (en batería), y John Previtti (Bajo) completaban el resto del grupo. 
Para 1984 Danny publica junto al guitarrista Tom Principato un álbum en vivo "Blazing Telecasters".
"Unfinished Business" fue lanzado por primera vez en 1987 por NRG Records y fue el último álbum de estudio de Danny antes de firmar con Elektra Records. El álbum es una fusión típica de Gatton: Roadhouse /  Honky Tonks de la música de raíces norteamericana; Blazing Instrumentales Country Blues, Jazz Swing,  R & B y baladas intemporales. 
Clasificado # 10 de los 100 mejores álbumes de los años 80 por la revista Guitar World.

El gran momento de Danny Gatton llegó en 1990 con la publicación de "88 Elmira Street" con Elektra Records. El título del álbum, 88 Elmira St. , es una referencia a la casa donde vivía  Gatton cuando niño.Un álbum completamente instrumental que muestra la versatilidad de Gatton con la guitarra. Jazz, Country, Rockabilly, y Blues desfilan por las pistas con toda la destreza y la sensibilidad que un artista como Danny puede tener.
Tenía cuarenta y cinco años cuando recibió su primera nominación a un premio Grammy. Su tema Elmira Street Boogie fue nominado como mejor instrumental de rock, pero no hubo suerte: Eric Johnson se llevó el premio con Cliffs of Dover, que tenía un sonido más actual y probablemente mayor proyección comercial. Aun así, la nominación hizo mucho por difundir el talento de Gatton y su nombre empezó a dar mucho que hablar para ser alguien que apenas había tenido ambición. Aquello lo ponía en el buen camino para alcanzar popularidad a nivel nacional: más apariciones en televisión, actuaciones en recintos mayores ante un público más numeroso y los primeros parabienes de esa fama con la que parecía soñar a veces, pero a la que sin embargo se había resistido siempre con tal de no tener que renunciar a su modesto estilo de vida. Fue entonces cuando la casa Fender reconoció a Gatton como el más excelso dominador de la Telecaster y le reclamó para trabajar en un modelo customizado.
También para Elektra Records publica "Cruisin' Deuces" en 1993. El álbum arranca un soul ejecutado brillantemente por Gatton y sigue con un excelente tributo a Elvis Presley. En el álbum se escucha plena la guitarra de Danny haciendo rockabilly y blues del mejor. Una gran versión de Harlem Nocturne (muy conocida por ser la música original de la serie policiaca Mike Hammer). Thirteen Women de Bill Halley, bastante calcada a la original en cuanto ejecución (excepto el solo de Gatton)...Y el resto que no deja indiferente!.

Cerca ya de los cincuenta años pero camino de convertirse en una leyenda viva entre los guitarristas, todo parecía irle viento en popa. Solamente él sabe ya qué clase de extraño infierno estaba atravesando justo cuando el mundo de la música empezaba a reconocer su talento, cuando las revistas especializadas hablaban de él como quien habla de una mina de oro que ha descubierto en su jardín. No tendría mucho sentido hacer elucubraciones sobre el motivo de su estado de ánimo. Si realmente se trataba de una depresión, como parece probable, es algo que solo pueden comprender quienes padecen de ella. Parece que Danny Gatton llevaba su alma torturada durante mucho tiempo. El guitarrista que técnicamente «lo tenía todo», como decía Albert Lee, no tenía sin embargo paz de espíritu y se quitó la vida inesperadamente. Renunció para siempre a unos más que merecidos años de reconocimiento generalizado, y lo que es peor, renunció para siempre a su mujer, a su hija y a sí mismo.
Antes de ello, había trabajado en dos álbumes como guitarrista invitado: Toolin' Around with Arlen Roth y Relentless (with Joey DeFrancesco). 


Desde su muerte han sido publicados distintas grabaciones realizadas en vivo y han sido reeditados otros trabajos. 
1995 – Redneck Jazz Explosion (grabado en vivo en 1978)
1996 – The Humbler (con  Robert Gordon)
1998 – In Concert 9/9/94
1998 – Untouchable
1998 – Portraits
1999 – Anthology
2004 – Funhouse (grabado en vivo en 1988)
2005 – Oh No! More Blazing Telecasters (con Tom Principato)
2006 – Redneck Jazz Explosion, Vol. 2 (grabado en vivo en 1978)
2007 – Live in 1977: The Humbler Stakes His Claim

En 2003, el crítico musical Ralph Heibutzki, publicó el libro "Unfinished Business - The Life and Times of Danny Gatton". "Para la mayoría de los músicos, el camino hacia el éxito es como saltar piedras: a menudo arbitrario y difícil de alcanzar. Sin embargo, cuando el sujeto objeto de estudio evita la refriega por elección, la misión solo se hace cada vez más fascinante para los extraños. El guitarrista Danny Gatton dio esa impresión mientras era entrevistado por un colega en 1974 por el periódico alternativo Unicorn Times, con sede en Washington, DC,  dedicado a apoyar a la escena artística local. El artículo es de Richard Harrington, que pasaría los siguientes 20 años de su vida recorriendo las variadas fases de Gatton. A los 29 años, Gatton ya había conseguido más experiencias musicales en que sus compañeros podrían imaginar; y su reputación en todo el circuito de Maryland / Virginia / Washington DC era inatacable". 

Su incipiente fama se esfumó, porque nunca fue un icono juvenil y su suicidio no lo transformó en una figura de consumo masivo. Probablemente le faltaba la imagen, como decíamos. Tras su muerte siguió siendo lo que había sido siempre, un «guitarrista para guitarristas», materia de estudio para quienes desean progresar en ese instrumento pero un desconocido para la mayor parte del mundo. Recordado en el siglo XXI es una rareza en una industria donde el noventa y nueve por ciento de la gente que se está haciendo rica y famosa no tiene ni siquiera el uno por ciento del talento que tuvo Danny Gatton. Pero él lo quiso así, rehuyó la fama y finalmente rehuyó la propia existencia. No podemos juzgarle por ello, pero sí lamentar el que la vida no terminase premiando sus celestiales dones con algo más de felicidad. Eso sí, algo quedará para siempre: la expresión boquiabierta de quienes lo ven tocando por primera vez. Un grande sin renombre, el mejor guitarrista del que nunca has oído hablar.

lunes, 21 de marzo de 2016

0271. JOE BONAMASSA - PRISONER





Joe Bonamassa nace el 8 de mayo de 1977 en New York. Es el mismo día en que Robert Johnson, el genio que vendió su alma al diablo, habría cumplido 66 años. Como buen heredero del autor de Crossroads, Joe pasa por ser una de las mejores figuras en la historia del blues moderno y uno de los músicos más activos, con casi 200 conciertos al año y prácticamente una veintena de discos de estudio a pesar de su corta edad, pero también es uno de los guitarristas de rock e incluso heavy metal más destacados en la historia de finales del siglo XX e inicios del XXI. Además de una prolífica carrera en solitario, ha colaborado y formado parte de bandas como Black Country Communion, el afamado dúo con la cantante Beth Harth, etc, ascendiendo al panteón de los "guitar heroes" por méritos propios.

Formación y primeros años

Joe Bonamassa creció inmerso en el mundo de la música y de la guitarra en particular. El padre de Joe era guitarrista y vendedor de guitarras, por lo que aprendió a reconocer una guitarra mucho antes de lo que cualquier niño reconocería un juguete o un caramelo. Eran, según sus propias palabras, parte del "mobiliario" familiar.
A los cuatro años, y con la influencia temprana de músicos de blues de la talla de Eric Clapton, Peter Green, BB King, John Mayall, Rory Gallaguer, Steve Ray Vaughan... Joe comienza su camino como guitarrista, sumando a estas influencias las del mundo del rock, destacando en sus influencias bandas como Free, Led Zeppelin, Thin Lizzy, o Gary Moore y aumentando su destreza a una velocidad pocas veces vista con una mezcla de estilos que, a la postre, sería definitiva en su formación como músico.
Difícilmente podría imaginar ese niño que apenas dos años antes había aprendido hablar que en poco tiempo estaría tocando en grandes escenarios con las leyendas que habían forjado su propio estilo. Para Bonamassa el instrumento se convirtió en una extensión de sí mismo, lo que le convirtió pronto en un niño prodigio y auténtica promesa en el mundo de la música, pero especialmente en el mundo del blues, necesitado de una renovación pues apenas surgieron nuevas figuras de talla internacional desde la aparición de SRV. 

Según sus conocidos, Joe ya era un auténtico blues man con apenas diez años. A esa edad comienza a dar conciertos en pequeños locales de blues, actividad que le permite disfrutar de la música en directo y completar su formación mediante la sinergia con músicos que en ocasiones eran profesionales.
Sin embargo, a los 12 años, y tras estudiar con Danny Gatton, su carrera explota definitivamente, al pasar a ser una especie de fenómeno de "freak show" similar a los que podemos contemplar hoy en día en YouTube con niños virtuosos de la guitarra, pero con la diferencia de que Bonamassa no tocaba tras una pantalla, sino que lo hacía en grandes festivales junto a las figuras más importantes de la historia del blues, como BB King, Danny Gatton o Robert Cray. Joe se convirtió en una figura emergente en el blues que todo el mundo quería ver. El hecho de ser homenajeado en televisiones y radios no hizo mella en su afán de convertirse en un mejor músico ni provocó que se acomodara o se estancara en el nivel que ya había logrado. De hecho, en esa época Joe ni siquiera había comenzado a cantar, faceta que desarrollaría en años posteriores.
En aquella época, Joe tenía un sonido mucho más tradicional, más pausado y quizás más relajado, careciendo de la garra que posteriormente adquiriría con la creciente influencia del rock y heavy metal en su estilo. Clásicos como Muddy Waters o Robert Johnson estaban mucho más presentes en su estilo basado, principalmente, en el uso de las pentatónicas (con predominancia de la pentatónica menor y la escala de blues), y sin la alternacia de otras escalas y modos que posterioremente utilizaría. A este respecto habría que destacar influencias menos conocidas y presentes en la formación de Joe, comoJethro Tull, lo que explica la mayor complejidad de sus composiciones.
Respecto al mito de que Joe es un guitarrista totalmente autodidacta, debemos comprender que su propio padre era guitarrista, y que comenzó a aprender a los cuatro años. Posteriormente, recibiría clases del gran Danny Gatton, una de las figuras cumbres del blues. Sin embargo, el propio Joe afirma no tener conocimientos de armonía o de solfeo, pero evidentemente conoce a la perfección el manejo de diversas escalas. Hemos de tener en cuenta que su nivel cercano al de un músico profesional con experiencia con tan sólo 12 años, obedecía a una formación constante aunque no fuese académica. Podría decirse en este sentido que los hados conjuraron para hacer de Joe Bonamassa una de las grandes figuras de la historia de la música moderna.

En su adolescencia, Joe "smokin" Bonamassa, apodo con el que era conocido en el circuito internacional de blues, se traslada a California y forma la banda Bloodline junto a los hijos de Miles Davis, Berry Oakley(bajista de Allman Brothers) y Robby Krieger (The Doors) quienes mostraron un gran talento, aunque jamás alcanzaron el éxito ni el estilo personal y único de Bonamassa, quien curiosamente era el único miembro de la banda cuyos padres, músicos, jamás habían alcanzado el éxito. 

Bloodline, con evidentes influencias de blues y el rock británico, incorporaban también elementos de funk y jazz, y obtuvieron un éxito local nada despreciable, considerando que los miembros del grupo eran adolescentes. 
De hecho, una gran figura del blues, Warren Haynes (The Allman brothers band y Gov't Mule) avalaría el álbum, realizando una breve colaboración en el disco homónimo de la banda (Bloodline, 1994), único que lanzaron antes de separarse, y cuyo single llegó a alcanzar el número 32 de la lista Billboard en USA. 
Tras el lanzamiento de su primer LP, la banda consigue un contrato para telonear a Tesla y Lynyrd Skynyrd, lo que sitúa a Joe en el punto de mira de la industria musical y la crítica cuando apenas contaba con apenas 17 años.
Sin embargo, como suele ocurrir con los primeros proyectos, Bloodline termina disolviéndose, y Joe comienza a interesarse por desarrollar su faceta como frontman, lo que termina empujándole a iniciarse en el canto y cambia drásticamente su carrera musical, dotándole de una independencia que le permitirá desarrollar su estilo y sus propias composiciones en años posteriores.



El camino hacia la gloria

Tras diversos años rodando por los escenarios con homenajes a los grandes bluesman y entrenando su faceta vocal, Joe comienza a mostrar un mayor interés en sus influencias rockeras, sin dejar de lado el blues. Su sonido se vuelve más personal, asociándose su figura con Les Paul. El toque de Joe cada vez tiene más garra y es menos tradicional. El niño se ha convertido en un hombre, y su música crece a la par. La influencia de Gary Moore está cada vez más presente, aunque el sonido de Joe es menos filoso y más cargado de graves. Joe, sin perder de vista el lenguaje pentatónico habitual del mundo del blues y el rock clásico, incorpora poco a poco otras escalas más utilizadas en el mundo del rock y del metal, utilizando incluso ciertas sonoridades orientales.
A la vez, su voz gana consistencia y se descubre como una potencial fuente de recursos para hacer de su música algo mucho más personal. Durante varios años la discografía de Bonamassa permanece en silencio, mientras se gesta la creación de su primera obra en solitario, en la que sorprende a propios y extraños al alejarse en gran medida del sonido del blues más clásico.

Llegamos así a los años finales de la década de los 90, en los que Joe Bonamassa conoce a Tom Dowd, una leyenda en el mundo de la producción musical que había trabajado previamente con artistas como Aretha Franklin, Eric Clapton, Coltrane, Ray Charles… Pronto ambos descubren que además de la pasión por la música les une una forma similar de entender el negocio y terminan siendo amigos y colaborando juntos en lo que será el primer disco en solitario de Joe Bonamassa y un punto y aparte en su carrera. Se trata de "A New Day Yesterday", publicado en el año 2000. 
A pesar de las influencias notorias del blues más clásico, del que tiene incluso versiones ejecutadas con una madurez encomiable, existen diversos elementos que alejan el trabajo de Bonamassa del blues tradicional, lo que provoca que existan dos vertientes que acogen de forma muy diferente este trabajo.
La crítica especializada en blues y los adeptos más herméticos del estilo criticaron el trabajo de Joe por considerar que, si bien se mueve en el ámbito y las armonías más clásicas del blues, su estilo más agresivo y su sonido con una mayor ganancia y uso de la distorsión, no es "blues puro".
En cambio, buena parte de la crítica y muchas personas que estaban esperando el resurgir del blues con una figura que aportara una visión diferente y menos estandarizada y arquetípica acogen el primer trabajo de Joe con alegría, convirtiéndolo en un mito a pesar de que su éxito comercial aún no ha alcanzado las increíbles cifras que posteriormente le convertirían en una figura mundial. En su país pasa a entrar en el top 10 de ventas dentro del ámbito del blues, pero fuera de los Estados Unidos, Bonamassa es aún un "desconocido" fuera de los sectores más cercanos al blues. 

Tras una macrogira que se extendería durante casi 2 años y alzaría su figura como astro del rock-blues, lanza su segundo disco, "So, It´s Like That" (2002). En este trabajo, Bonamassa abandona el formato cover para destacar como compositor y deja fluír una mayor potencia, siendo menos comedido y mejorando su faceta como vocalista, con una voz suave pero muy emotiva. El sonido del disco, a cargo de Cliff Magnes, es muchísimo más contundente, pero a la vez más melódico y moderno, reflejando mejor el buen hacer de la banda y del propio Joe en directo. Esa combinación aúpa a Bonamassa a los primeros puestos de las listas y logra que entre en un terreno habitualmente vedado en el mundo del blues, el mercado del soft-rock.

2003 y 2004 supusieron una falsa época de descanso para Joe, pues publicó Blues Deluxe, un álbum íntegro de versiones de todos los tiempos en el que recupera la esencia del estilo aportando su virtuosismo y capacidad y espantando las críticas de quienes le acusaban de acercarse al mundo del pop, y Hard to Cry Today, quizás una obra menor para los medios (tal vez por la comparación interpretativa con Blues Deluxe, un auténtico clásico de covers) con una composición más sencilla, pero muy blusera, y varias versiones, continuando su tónica habitual. De nuevo hay un acercamiento al blues que parece reconciliar a Bonamassa con un sector crítico que le acusaba de ser un "virtuoso" y utilizar demasiadas notas. 
De hecho, Joe se convierte en un activista, con diversas iniciativas para acercar el estilo a los más jóvenes y así lograr mantener viva la llama azul y melancólica del estilo base de la música moderna.
Por supuesto, las giras de Bonamassa y su banda continuaban sin cesar, y aunque estos discos no alcanzan los primeros puestos en Billboard, su buen hacer, su personalísimo toque, y su voz, le convierten en una referencia en el mundo de la música aún antes de los sucesivos bombazos que alzarían su figura al Olimpo de los bluesman.



Figura de talla mundial


En 2006, Kevin Shirley, uno de los grandes mitos de la producción, que había trabajado, entre otros, con Led Zeppelin y Aerosmith, se une a Bonamassa para cambiar la historia musical e introducir elementos de otros estilos que serían clave en el desarrollo del músico y su carrera, lanzando al mercado los tres discos que le convertirían en un mito, no ya del mundo del rock, sino de la guitarra y de la música. Estas tres obras maestras del blues-rock muestran otra faceta, incluyendo incluso riffs de corte oriental al más puro estilo Deep Purple, elementos sinfónicos, incidiendo muchísimo más en la faceta vocal, ampliamente mejorada, de Joe, y con un sonido más eléctrico y menos clásico. El tono de la guitarra de Bonamassa se convierte a su vez en un estandarte, a la altura del tono de guitarristas como Van Halen o Eric Johnson. Ese tono con filo, con un sabor clásico, que puede pasar de una ganancia casi inexistente a una distorsión pasional que arranca el alma del cuerpo y la transporta a dimensiones antes desconocidas, pero que a su vez lleva la carga justa de graves para hacer vibrar el corazón y empujar las notas, dotándolas de mayor presencia y fuerza. 

Esta genial época comienza con You & Me (2006), que recibe críticas furibundas por su acercamiento al rock e incluso al pop, y el uso de solos vertiginosos, siendo incluso "suspendido" en publicaciones especializadas. Paradójicamente, el álbum alcanza el número 1 en la lista Billboard de discos de blues, y acerca a Joe al exigente pero abierto público de blues-rock, además de provocar su aparición en medios internacionales, obtener colaboraciones en festivales, y granjearle el respeto de las publicaciones especializadas en el ámbito de la guitarra eléctrica más allá del blues.
Django, uno de los temas, se convierte en uno de los himnos de Bonamassa, siendo un tema bastante alejado del blues en sus raíces armónicas, pero con un toque eminentemente bluesy. En ese sentido, podría recordar a bandas como Dire Straits, y también deja traslucir su adicción al rock clásico.

Con tan sólo un año de diferencia, Bonamassa publica Sloe Gin (2007), un disco cuyo título hace referencia a una canción del músico Tim Curry, y que incluye temas propios combinados con versiones que cada vez distan más de los temas originales. Joe ya no parece resignarse a hacer "covers", sino que implementa por completo su estilo y reinventa los temas. La interpretación es simplemente exquisita, y salvo un sector de la crítica tremendamente hermético, público y crítica se rinde a sus pies. Con este LP, que de nuevo es número 1 en la lista Billboard de blues, Joe asalta el Reino Unido por la puerta grande, y grandes músicos, iconos del "blues blanco" de las islas, se rinden a su capacidad para crear temas e interpretar con pasión e inteligencia. 


En el lapso que transcurre entre ambos discos Joe continúa girando incansablemente, pero prepara otra obra maestra que termina de situarle en el panteón del rock, y que le acerca al mundo del hard rock, con el que termina teniendo una fructuosa relación de la que posteriormente hablaremos.
Se trata de The ballad of John Henry (2009), un disco que parece pulir todas las pequeñas imperfecciones antes vistas, y que nos muestra a un Joe mucho más centrado en la composición, y con un carácter propio inconfundible. Una de las versiones del disco, Stop, inmediatamente pasa a ser considerado un clásico entre los clásicos, superando según muchos críticos toda referencia al tema original y, por supuesto, repitiendo éxito en la lista de blues de Billboard. Las armonías crecen en complejidad, anunciando con riffs más potentes la posible incursión, finalmente realizada, de Joe en el mundo del heavy y el hard rock con la super banda Black Country Communion.


Colaboraciones y número uno en ventas en el Reino Unido

The Ballad of John Henry acerca a Joe a estandartes del hard rock, como Glenn Hughes, lo que finalmente fructifica en una relación que explota en 2010 con el lanzamiento de Black Country Communion, álbum homónimo de una "super banda", formada por componentes de diversas bandas (Hughes de Deep Purple, Derek Sheriniam de Dream Theater y Planet X, Jason Bonham, hijo del baterista de Led Zeppelin y estrella del rock).
En su carrera con BCC, que consta de tres discos (BCC, BCC2 y Afterglow) alabados por la crítica, y que recupera el espíritu del hard rock de los años 70, Joe se ocupa de las guitarras y parte de las voces. Muestra un lado mucho más virtuosístico, enraizado en el rock duro americano, incluso en el heavy metal, pero su sonido es reconocible. La banda no se prodiga en directo, algo que parece ser tiene que ver con la apretadísima agenda de Joe, quien compagina estas apariciones con las de su carrera en solitario y otro proyecto en solitario del que ahora hablaremos.

La carrera de BCC termina abruptamente con discusiones entre los miembros, que incluso se hacen públicas en twitter, culpabilizando principalmente a Bonamassa por su supuesto carácter de divo. La relación termina tan mal que incluso Joe prohíbe a la banda continuar con el nombre de BCC, granjeándose su enemistad, y la de los incondicionales de la banda, que pasaba por ser una de las mejores de la historia reciente del rock. 

Durante su estancia en BCC y antes de su ruptura, Joe tiene tiempo de sacar dos álbumes. Black Rock (2010) alcanza de nuevo el número 1 en la Billboard de blues, aunque la comparación con su anterior disco, The ballad of John Henry, tal vez hace que desluzca. Sin embargo, se trata de un buen trabajo, con un puñado de temas interesantes, aunque no tan memorables como los de los dos discos anteriores, pero que contiene un interesante duelo con uno de sus ídolos, BB King, el rey del blues.

En 2011 Joe publica Dust Bowl, disco en el que colaboran figuras como Beth Hart y Glenn Hughes, y que recibe una mejor acogida por parte de público y crítica, además de un buen número de ventas en Europa. La producción del disco de nuevo está cuidadísima, y temas como Slow Train crean pasajes memorables que Joe explotará en directo. 

Es precisamente en 2011 cuando Joe Bonamassa comienza a colaborar con la artista de soul y blues Beth Hart, otro mito de la música moderna que para muchos encarna la resurrección de la figura de Janis Joplin. Ambos músicos se conocieron en el pasillo de un hotel y se conectan de manera instantánea; el respeto y admiración mutua provoca que decidan lanzarse a crear discos de estudio para deleite de los fans.
La voz de Beth, una de las más destacadas en la historia moderna del blues rock, se complementa a la perfección con esa mezcla de estilos que encarna Bonamassa, produciéndose una sinergia que desemboca en un tándem prácticamente perfecto. Si bien Joe ha madurado su voz con los años, convirtiéndose en una figura de referencia, la incorporación de la artista estadounidense, que logró recuperarse de su adicción a las drogas y el alcohol con el agravante de sufrir un trastorno bipolar que ella misma desconocía, proporciona al proyecto un empaque y una madurez que cala hondo en prensa y público y forma un conjunto imbatible en directo.
Sin duda alguna, se trata de otra de las colaboraciones más fructíferas en el mundo del blues rock, siendo habitual verles juntos en los escenarios que ambos dominan a la perfección. Beth es una imparable fuerza de la naturaleza capaz de expresar cualquier matiz emocional con su voz, bien sea rasgando al más puro estilo del rock americano, o utilizando melodías dulces y melancólicas que reflejan lo mejor del blues y el soul clásicos.

En 2011 publican un LP titulado Don't explain, que hace un repaso de temas históricos del blues firmados por nombres como Etta James, Tom Waits, Ray Charles o Aretha Franklin. Las versiones I'd rather go blind, y I'll take care of you se convierten instantáneamente en un himno del dúo, existiendo múltiples versiones en directo que incluso llegan a superar la intensidad emocional del disco.
Esta obra supone un éxito absoluto que además lanza la carrera de Beth convirtiéndola de forma definitiva en un referente de talla mundial. Sus actuaciones en directo fluyen con pasmosa facilidad mostrando la capacidad de expresar de igual forma pasión, sexualidad, melancolía o rabia.
A nivel comercial el disco resulta todo un éxito, alcanzando el top tres de la lista de blues Billboard, y sembrando lo que a la postre se ha convertido en una colaboración constante.


En 2013 ve la luz otro álbum de versiones titulado Seesaw, que incorpora temas de artistas como Louis Armstrong o Melody Gardot. El álbum se coloca entre los 50 más vendidos en la lista USA de Billboard generalista y alcanza el número 1 de la lista blues de Billboard, aunque la crítica lo recibe con menos entusiasmo. Se podría decir que es un disco más regular, pero tal vez falten himnos como los citados en su anterior trabajo. 
La pareja continúa trabajando a día de hoy, habiendo publicado el presente año Live in Amsterdam, un disco de directo que refleja toda la potencia y la garra que el estudio no ha podido transmitir con la fidelidad que este tándem merece.

Por supuesto, Bonamassa continúa trabajando en su carrera en solitario, publicando dos nuevos trabajos tras el lanzamiento de Dust Bowl.
Driving Towards the Daylight es publicado en el año 2012, continuando la colaboración con el productor Kevin Shirley. El LP supone el 10º disco en solitario para la artista americano, sin contar por supuesto con los discos mencionados en colaboraciones diversas.
Supone una vuelta a las raíces clásicas de Joe, con un inconfundible sabor a blues y rock clásico y sin la carga y complejidad armónica de trabajos anteriores, pero sin perder en ningún momento su carácter y su timbre propios.
En esta ocasión Joe firma únicamente tres temas en labores de composición, versionando clásicos de la historia de la música del rock y del blues más clásico como el genial Robert Johnson, Bernie Mardsen o Tom Waits.
El disco supone la mayor hazaña comercial hasta aquel momento en la carrera de Bonamassa, alcanzando el número uno en las listas del Reino Unido, el 23 en números totales de ventas en Estados Unidos y repitiendo como número uno en las listas de blues de la Billboard.
Finalmente, en 2014 sale a la venta Different Shades of Blue, que al contrario de lo ocurrido en los últimos años únicamente contiene una versión de Jimmy Hendrix entre diversos temas cuya autoría corresponde al propio Bonamassa. El disco, lanzado en septiembre es a día de hoy un éxito absoluto de ventas y la carrera de Joe no para de crecer exponencialmente al igual que ocurre con su interpretación y reconocimiento mundial.

El nuevo disco de Bonamassa estará disponible desde el 25 de Marzo de 2016, vía Mascot Label Group, “Blues of Desperation” llega para tomar el relevo de su anterior entrega de estudio “Different Shades Of Blue”.
Esta nueva entrega nos dará 11 canciones sobre las cuales el propio Bonamassa dice: “Quiero que la gente escuche mi evolución como músico de blues-rock – alguien que no se duerme en los logros y que siempre está empujando y pensando en cómo la música puede evolucionar y mantener su relevancia”.  “Blues of Desperation” ha sido escrito y grabado en Nashville en los estudios Grand Victor Sound propiedad del productor Kevin Shirley con el que Bonamassa posee una ya larga relación, el propio productor comenta que la grabación de “Blues of Desperation” es una de las mas emocionantes que ha realizado últimamente.
“Blues of Desperation” estará disponible en un doble vinilo, con una edición especial en color plata además del habitual disco compacto.


Estilo y transcripción de licks

El estilo de Joe Bonamassa combina los elementos más clásicos del blues, como el uso de la pentatónica menor y la llamada blue note, así como la pentatónica mayor y la combinación de ambas escalas utilizando también el modo mixolidio y dórico (éste sobre blues menor), con una constante aplicación de la escala menor natural y el modo frigio dominante para dotar de mayor fuerza a las estructuras de sus canciones, especialmente en el V grado dominante.
A nivel armónico una de sus características principales es la introducción de la novena utilizada especialmente en ordenamientos o permutas que también son conocidas como bloques. Se trata de una vuelta de tuerca a un cliché musical utilizado prácticamente por todos los guitarristas, que en manos de Bonamassa suenan de una forma especialmente particular, siendo una de las claves de su éxito.
También hemos de destacar el uso de armonías orientales en momentos puntuales que aumentan el rango de elementos utilizados en su música y lo diferencian de los blues man tradicionales.
A diferencia de otros artistas de blues la impronta del rock en su estilo deriva en una mayor versatilidad que le ha permitido introducirse en el mundo del rock duro al más puro estilo de los años 70.

Este aspecto también se ve reflejado en su impoluta técnica de púa alterna, que le permite alcanzar velocidades vertiginosas con muchísima nitidez, algo que podemos observar a lo largo de su discografía, pero especialmente en sus discos con la banda Black Country Communion.
Su sonido estaba asociado a la marca Gibson, especialmente al modelo Les Paul, si bien ha utilizado diversas guitarras a lo largo de los años, destacando especialmente las FenderStratocaster y Telecaster, especialmente en los primeros años de su carrera. Actualmente posée modelos propios de Epiphone y GibsonLes Paul, destacando el modelo signature Custom Shop de Les Paul. Gibson ha anunciado el próximo lanzamiento de una guitarra modelo ES-335 Bonamassa signature. Igualmente, Seymour Duncan ha lanzado pastillas signature, aunque Joe ha utilizado otras marcas en sus guitarras. 
Su sonido media entre una distorsión matizada con en la utilización de efectos como la reverb y el delay y un sonido mucho más limpio y clásico, que denota la influencia del blues.

Joe siempre ha concedido el crédito de su sonido en amplificación a Eric Johnson, declarando que utiliza exáctamente el mismo set de amplificación. Uno de sus modelos favoritos es el Marshall Silver Jubilee 100W, fuera de fabricación desde hace años, si bien existen diferentes modelos que lo imitan. Según Joe, ese modelo obtiene la pegada y distorsión de Marshall con los limpios explosivos de los amplificadores Fender.
A día de hoy, Category 5 ha lanzado un modelo signature que ha pasado a formar parte del equipo de directo y estudio de Joe, junto a los modelos Marshall Class 5, y el amplificador de origen holandés Van Weelden Twinkleland. También existe un modelo signature llamado Carol Ann JB-100.
Como podéis observar, la relación de Joe con Marshall no es precisamente monógama, utilizando un set muy completo de amplificación que ha ido aumentando y variando con el paso de los años.

Por último, os dejo una transcripción de licks que espero sean de vuestro agrado. Algunos son piezas literales de temas de Joe, mientras que hay también alguna incorporación matizada para reflejar el "Bonamassa Style" y el uso de la novena sobre la escala pentatónica menor, un clásico en su arsenal.


Curiosidades, premios, descargas 

Joe fundó junto a otros músicos como Robben Ford o Ana Popovic http://keepingthebluesalive.org/, una organización que trata de acercar el blues a las nuevas generaciones para promover el interés de este estilo musical, logrando de esta forma que el bagaje cultural del blues y las raíces de la música moderna americana no se pierdan en la era en que la música es, principalmente, un producto comercial de consumo rápido.
Joe Bonamassa ha tenido la oportunidad de tocar en directo con casi todos los artistas que en su momento citó como referencia e influencia en su música.
A pesar de ser criticado por los "puristas" del blues, músicos como Buddy Gay o BB King han afirmado en diversas ocasiones que Bonamassa es un fenomenal músico de blues. Considerando que son dos de las más grandes referencias a nivel histórico, es lógico pensar que su opinión tiene más peso que la de algunos críticos, si bien es cierto que Joe no es "sólo" un músico de blues.
Joe es uno de los artistas más prolíficos en directo, por encima de bandas conocidas por esa faceta incluso en sus mejores años, como Aerosmith o The Rolling Stones. Joe ha llegado a dar más de 200 conciertos al año, rondando esa cifra de forma habitual. Él mismo describe el directo como su "entorno natural"

Joe también ha ganado premios de calado internacional y de música más comercial, destacando los premios Grammy junto a Beth Hart o el galardón proporcionado por los lectores de la afamada publicación Guitar Player, que le han concedido 5 años consecutivos el premio como mejor Bluesman, e incluso llegaron a galardonarle como el mejor guitarrista del mundo.
Joe tiene el récord histórico de artista de blues con más número 1 en la lista Billboard, 11.

Descargas:

La propia web de Joe Bonamassa ofrece una sección gratuíta de descargas en mp3, videos... a la que se puede acceder mediante la inscripción con E-mail en esta dirección http://jbonamassa.com/freemp3/

viernes, 18 de marzo de 2016

0270. HAMILTON LOOMIS - GET MAY BLUES ON



Detrás de las notas musicales de "Give It Back", el último trabajo de de Hamilton Loomis, se encuentra un mensaje altruista; con una filosofía de "devolver el favor", Loomis afirma su objetivo de compartir el conocimiento y la información que se le dio a él como un joven músico. En un tributo musical a sus mentores, la pista principal del título, que cuenta con Victor Wooten (Béla Fleck & The Flecktones) en bajo y voz, explica esta misión y proporciona el telón de fondo en la carrera de Loomis.  

"Cuando comencé a participar en la escena musical, tuve la suerte de tener mentores musicales como Joe 'Guitar' Hughes, Johnny 'Clyde' Copeland, y por supuesto, icono del rock Bo Diddley", dijo Loomis. "Estos  'veteranos' del blues se tomaron el tiempo para enseñarme y darme consejos , como si estuvieran "pasando la antorcha. Ahora  es mi deber, no sólo una obligación, de hacer lo mismo con músicos jóvenes de esta generación".

Como complemento de este sentimiento, la base musical de Loomis se torna más madura. Una colección diversa que se dice No Depression "ampliar el vocabulario del blues", Ampliando sus horizontes musicales y  cruzando límites estilísticos con una precisión sin esfuerzo, Loomis no se limita a las normas de la vieja escuela del blues.
Creó de este modo,  su propio camino y construyó un público fiel mediante la fusión de miles de influencias, con una composición inteligente, y una voz expresiva utilizando en cada nota un desafío a las nuevas generaciones de bluesman. 
 Hamilton Loomis & Bo Diddley

"Conocí a Bo Diddley un día que fui a un concierto suyo en Houston, cuando tenía 16 años. Quería conseguir un autógrafo suyo. Quería que me firme mi guitarra.  Y yo estaba detrás del escenario tocando alguna de sus canciones y supongo que lo tomó desprevenido de ver un joven ejecutando alguno de sus temas.  Los jóvenes blancos de mi edad eran todos niños de secundaria que en su mayoría nunca habían oído hablar de Bo Diddley. El me dijo "Eso es bastante bueno, hijo , toca un poco más". Así que empecé a tocar un poco más, nervioso y entusiasmado. Después de diez minutos de escucharme me dijo: "Eso suena muy bien, deberíamos hacer algo juntos ."
Antes de que terminara el concierto , Loomis estaba en el escenario tocando la guitarra con la leyenda. Diddley rápidamente se convirtió en amigo, mentor, colaborador y maestro de Hamilton. 
Hamilton Loomis y Albert King

Hamilton Michael Loomis nació el 1 de noviembre de 1975, en Galveston, Texas. 
Hijo de padres músicos que t. Música corría por sus venas y, con instrumentos fácilmente disponibles en la casa, cogió batería, piano, guitarra y armónica, perfeccionando su talento multiinstrumental además de realizar regularmente como parte del grupo de doo-wop de su familia.
"Mis padres tenían una fantástica colección de discos y, cuando empecé a escribir mis propias canciones lo hacía considerando lo que había estado escuchando toda mi vida. Tengo un gran respeto por el blues y todo lo que abarca, pero siempre he sido un aficionado al R&B y al Funky".

Aprendió a tocar la batería, el piano, la guitarra y la armónica a una edad temprana. En su adolescencia, formó parte de un grupo  doo-wop, que actuó en distintos Festivales de Blues del Delta.
"Yo solía escuchar mucho a Freddie King, que era de Texas, pero nunca llegué a reunirme con él. Probablemente, la mayor influencia en mi estilo de juego era un tipo llamado Joe Guitar Hughes. No mucha gente sabe sobre él, porque él nunca se hizo famoso porque prefería ser un hombre de familia y evitar los viajes".
Hamilton Loomis y Joe "Guitar" Hughes

En 1994, Ham Bone Records emitió el álbum debut de Loomis, que se llamó  "Hamilton" , que contó con la participación de Bo Diddley y que recibió una nominación para un Premio Grammy por Mejor Álbum de Blues Contemporáneo en 1995. 
En 1996 publica con la misma discográfica, "Just Gimme One Night".

En el año 2000, Loomis publica su tercer álbum con Ham Bone "All Fired Up", y actuó en el papel de Trevor en el film "At Any Cost". Tres años más tarde, Loomis firmó un contrato de grabación con Blind Pig Records y publicó "Kickin' It". El álbum es una fusión de  blues moderno, funk y soul. Publica Blueswax magazine , "Loomis realmente lo consigue, y sólo tiene veinte años! No se limita a desempolvar los viejos blues  sino que crea su propio estilo de música de blues con esa fusión de soul funkified. "
En 2006, Loomis apareció como invitado en el álbum Jimmy Needham, "Speak" tocando la guitarra, el bajo y la armónica. 

"Ain't Just Temporary" (2007), es el siguiente trabajo para Blind Pig, alcanzando el puesto número 7 en el Top Billboard Chart de discos de blues en septiembre de 2007. En este álbum Hamilton desarrolla en su estilo, todas las influencias que han contribuido en su manera de tocar la guitarra. Loomis brilla en la guitarra, los teclados, la armónica, y la voz. Su música puede sonar soul como en  "Legendary", o un slide guitar contundente. Equilibrando hábilmente sus raíces en el blues y su gusto por la experimentación y la originalidad, Loomis se ha garantizado un lugar entre el grupo de jóvenes artistas que cambian la faz de blues moderno.
"Quería incorporar otros géneros, pero si estás en una etiqueta que sólo hace estrictamente blues se complica demasiado. Todavía tengo una gran relación con Blind Pig; Ellos son una gran etiqueta, ya que dejan que los artistas tengan todo el control artístico, pero quiero ampliar mis horizontes. Me gustaría no sólo quedarme en los blues y honrar mis raíces, quiero ampliar mi música a otros géneros ".

Más tarde regresó a HAM-Bone Records ya que consideró que Blind Pig,  estaba limitando su producción al blues. Con este sello publica en 2007 y en 2009 dos álbumes en vivo: 
"Live: Highlights" y "Live in England". 

Loomis vuelve al estudio con "Give It Back" (2013) junto con Victor Wooten en bajo y voz. 
Una fusión de rock clásico y soul con la arrogancia del blues; Ecos de Stevie Ray Vaughn, y el funk de Lenny Kravitz  son los sonidos que Hamilton Loomis expresa en este trabajo. 
"Toda nuestra música llegó desde el blues, ¿no es así?. Incluso el rock and roll en los años 50 no era más que un blues acelerado. Usted escucha a cada canción de Chuck Berry, Little Richard,  incluso lo que hizo Elvis . Todas esas canciones estaban en un blues de 12 compases. Esas son las raíces de nuestra música y creo que es genial que haya un resurgimiento entre los músicos jóvenes que saben no sólo de aquel blues tradicional sino que incorporan todas estas creaciones de nuevas generaciones".

Durante 2015 realizó una gira por Inglaterra y  tienen una extensa agenda de conciertos en los Estados Unidos, durante los primeros ocho meses de 2016.